Los certificados son documentos que acreditan los datos de una persona o entidad y demuestran que cuenta con un requisito específico o ha realizado un trámite.
Los ejemplos más comunes son los certificados de nacimiento y de matrimonio, que acreditan la identidad de una persona y su estado civil.
También es habitual que a una persona se le soliciten sus certificados de antecedentes penales para verificar que no tiene un historial delictivo.
Aunque el documento que suelen solicitar las empresas y los organismos más habitualmente es el certificado de estudios, para verificar que una persona que aspira a un puesto de trabajo cuenta con la formación necesaria.
Del mismo modo, también es posible que una empresa solicite el certificado laboral para cerciorarse que un candidato tiene la experiencia necesaria para optar al puesto de trabajo.
En todos estos casos, cuando los documentos están redactados en un idioma distinto al que utiliza la entidad que solicita el trámite, será necesario aplicar una traducción jurídica para que el organismo o empresa pueda verificar los datos del certificado.
Es importante poner de relieve que, en muchos casos, este tipo de certificados (especialmente los de nacimiento, matrimonio y antecedentes penales) los solicitan los tribunales.
Para que tengan validez oficial ante un tribunal, en lugar una traducción jurídica al uso, deberá aplicarse una traducción jurada: realizada por un traductor jurado designado por el Ministerio de Asuntos Exteriores, con su apostilla.
No obstante, si los documentos los requiere una empresa u organismo y solo necesita disponer de ellos en el idioma en el que opera, bastará con realizar una traducción jurídica.